31 diciembre, 2011

Von voyage 2011.

No sé por qué, pero este año se me ha pasado volando. Aunque realmente, mientras el año estaba pasando a mí muchas cosas se me hicieron eternas, cualidad de las grandes emociones del momento y de los problemas, que transforman la vida normal y rutinaria en algo muchísimo más emocionante e inesperado.

Siempre me pasa lo mismo a final de año, el día antes justo, me hierve la sangre y el estómago no para de moverse, como si lo estuvieran pellizcando a tironcitos, y también me inunda una sensación de nostalgia y calidez, algo extraña, cómo si fuera consciente de que viniese una época de incertidumbre en la que cabe la posibilidad de ser aún mucho más feliz de lo que he sido, y ya no sólo feliz, sino que voy a seguir teniendo esa oportunidad de vivir grandes y pequeñas cosas. Vivir así, a secas o a mojadas.

Puede que un año no sea mucho realmente, puede que comparado con toda mi vida no sea nada, pero siempre parece muchísimo cuando estás en uno de esos días del año y piensas "Este día es eterno";
después de todo, hay muchos días así.

No voy a planear este año, el que viene, no voy a ser supersticiosa y pensar que los mayas acabarán con nuestras vidas, tampoco seré tan gilipollas como para caer por segunda vez en una misma piedra, o tal vez sí, porque nunca se sabe, y probablemente tomaré mejor mis decisiones, aunque acaben siendo grandes errores o aunque acaben siendo grandes oportunidades. Tengo claro que si algo importa, al final, es cómo tomes las decisiones y si al tomarlas, yo tenía claro que eso era lo correcto.

No me voy a dejar nada pendiente detrás, tampoco voy a hacer las maletas, voy a quedarme así, como estoy ahora pero con todas las cuentas claras en la cabeza y por supuesto, con las cuentas claras con las personas que quiero. Voy a bromear otro año, y volveré a decir que espero que este año sea tan emocionante como un huevo kinder. Asentiré y me sentiré aún más orgullosa de lo que soy y de lo que he conseguido, y luego, por lo que seguiré siendo y por lo que seguiré consiguiendo.

Voy a ser consciente de que escapar de la rutina no es tarea fácil, pero no es imposible, siempre se puede hacer cualquier cosa para no hacer de un día totalmente monótono, pero eso ya se verá cuando esté viviendo esos días, que no tardarán más de 12 horas más en aparecer.

El año no cambia realmente, no dejan de haber guerras ni hambre en el Mundo, tampoco se soluciona la crisis ni los problemas de las parejas o el subdesarrollo de los países pobres. Nada de eso, probablemente nadie note este cambio realmente, yo creo que los únicos que van a cambiar vamos a ser nosotros, y eso siempre dependerá de nuestra autoconvicción de cambiar o mejorar. Pero siempre cabe la posibilidad de que las cosas mejoren o progresen, dado que las personas nos movemos por eso, por una propia mejora del yo se puede lograr una mejora del todos y por lo tanto de todo. (Y esto no es soñar, es progresar)

Y ya por fin,  cuánto a lo de planear, es cierto, no se puede organizar la vida, no se puede planear con ella ni hacer un pacto y decir "Haz que pase esto porque entonces seré feliz", no, probablemente las cosas nunca salgan como pensaba, pero eso no quiere decir que sea negativo, así nunca sabré que me puede pasar o con qué me podré topar, y estoy segura de que a veces, y sólo a veces, mi vida será aún mucho más maravillosa y emocionante de lo que yo hubiera sido capaz de imaginar

-Deseo de año nuevo: Un gran y emocionante Carpe Diem.

Ahora sí, feliz año 2012, Julia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario