10 diciembre, 2011

(2)

Odio las pesadillas. Sobre todos porque muchas se parecen a la realidad. 
A la puta realidad de mierda esta.
Cuando era pequeña soñaba con zombies o monstruos, 
y no con personas que me perseguían o con que se moría alguien que yo quería.

Voy a ser sincera, y te diré que he estado durmiendo con velas
cuando tu no has estado conmigo en mi cama - casi todos los días -
pero me da miedo despertarme de noche y darme cuenta de que 
entre tanta oscuridad no te tengo a ti 
para recordarme que contigo siempre hay Luna llena
y decirme "Tranquila, a mi lado siempre es de día"

Luego yo pensaba, la Luna por si sola no ilumina
y entonces todo encajaba y decías lo de aún es de día
el Sol siempre ha sido un buen complemento para todo.

Anoche hubo Luna llena, y la miré un rato largo
pero no el suficiente como para no tener pesadillas.
Creo que al igual que el Principito miraba puestas de Sol cuando estaba muy triste
yo me fijo más en las estrellas cuando me siento sola.

Llegué esta mañana a la simple conclusión de que aún no soy capaz de controlar mis sueños
y mucho menos mis sentimientos en momentos así,
las pesadillas se remontan en mi cabeza
que ahora está echa un lío
y me joden el día
y hacen que la piel no solo se me ponga de gallina
sino que me baje por todo el cuerpo
el sudor frío ese que me estremece 
y provoca que mis manos estén frías y pegajosas la mayoría del tiempo
Odio eso también

Las pesadillas en mi caso, son solo por un tiempo. Más les vale.
Pero creo que las Lunas llenas se acabarán, al igual que las cosas buenas.

pero no importa algún día iré hasta ella, iré volando, como David Copperfield
y le diré "Ahora ni soy tan pequeña ni tú eres tan grande, eh?"
Y sí, seré tan grande como ella, sino más: 

Con luz propia, como me prometí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario