21 diciembre, 2011

10- (Cuando un problema no tiene solución, hay que aprender a vivir con él)

Nunca he sido muy abierta a contar mis problemas,
exceptuando mis primeros años en el instituto ( que se lo contaba todo a todo el mundo ),
que me costaron fama de subnormal, además de muchos problemas y malos tragos,
puede que por eso se me de bien pasar de la gente y de lo que dicen,
puede que por eso aprendiera a decir lo justo y necesario.

Ser reservada para mi no es malo, 
he aprendido a tragarme las palabras cuando no son necesarias
o al menos cuando no sirven para nada, así como a morderme la lengua;
no es que me sienta mejor, pero sí es más racional y maduro, hay que crecer.

Aunque las cosas sean injustas tengo que aprender a convivir con ellas,
hay muchas cosas que no me gustan, pero no por eso voy a modificarlas,
simplemente por el hecho de que no se puede, y aunque odio la conformidad,
voy a aprender a vivir con ellas.

No me gusta quejarme por nada, porque no soy así, 
porque hay muchos problemas más importantes que los míos, 
lo cuál no quiere decir que no sufra por mis problemas,
es simplemente que valoro mucho más lo positivo de cada cosa,
aunque a veces lo negativo pese más.

Que no me queje ni grite "Me duele, no puedo vivir con esto"
no quiere decir que no esté mal ni sufra, 
porque sino muestro mis verdaderos sentimientos es porque sé que no valdría de nada
y porque prefiero hacerlo cuando esté sola, y no haya nadie.
Pero por  esto no quiere decir que sea fría, porque no me considero para nada fría.


No soy fría ni una insensible por hablar así de mis problemas o no hablar de ellos,
soy reservada y prefiero no compartir mis cosas con alguien que ni siquiera conozco
o que sé que no puede ayudarme cuando el problema no tiene vuelta de hoja,
y para descargar ya tengo a mi diario y a mi mejor amiga, no necesito nada más


Soy objetiva, acepto que las cosas sean como son, no por nada,
sino porque es la verdad y a veces es mejor aceptar eso
que vivir esperanzada pensando en que todo cambiará si me quejo y lloro.
Eso es una puta mentira. Los cambios llegan cuando me propongo cambiar, no más.

Así que no me juzgues por no ser una tonta que se queja de su vida y de lo que le pasa
y ni siquiera busca soluciones para estar mejor. No te atrevas a hacerlo. 
Porque no soy así. Y porque para empezar, 
no tienes motivos para hacerlo dado que yo probablemente
no te he dado la oportunidad si quiera a conocerme.

Me guardo mis problemas para mi solita, que ya cada uno tiene los suyos propios
para tener que cargar con los del resto. No me estoy excusando de mi comportamiento,
simplemente dejo claro que mi actitud ante los problemas no es la misma que la del resto 
de subnormales de esta sociedad.

Y ahora,  a tomar por culo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario