20 marzo, 2012

No hay grises.

Cuando pienso en todas esas cosas de ti que  me han hecho sentir mal, en todas esas personas de las que me he olvidado, en todos esos momentos que he deseado estar en otra parte, me doy cuenta de que no soy tan distinta al resto de personas que existen. Aunque yo me crea tan diferente algunas veces. Aunque tú me digas que soy especial.

He sido mala persona y he sido demasiado buena, lo difícil creo que está en hallar el punto medio entre entregarse y sumirse en la indiferencia.Te he mentido muchísimas veces por ser cobarde y por cobardía te he dicho la verdad también. Y realmente decir la verdad no siempre es lo mejor para nadie, ni siquiera para la situación.

Creo que no todo el mundo puede ser yo, cada uno es uno y con eso creo que ya todos tenemos bastante, nadie puede meterse en mi cabeza, ni siquiera tú, ni tampoco adivinar lo que quiero, ni lo que pienso, ni lo que me gustaría. Y también creo que es imposible que espere de ti lo mismo que yo doy, porque cada persona da lo que puede en la medida de sus posibilidades y personalidad, y tú eres como eres, hay personas que prefieren guardar y otras que derrochan sin pensárselo dos veces...

Supongo que no hay grises entre nosotros. Supongo que es así  y punto. Nunca encajaremos en este sentido, yo pido demasiado y tú necesitas muy poco. 


No siempre todo es recíproco, aunque nosotros esperemos que sí. Definitivamente, entre tú y yo no hay ningún gris que valga. Ni siquiera hay un punto medio que nos equilibre, la balanza se cae por su peso y a veces es culpa mía no querer verlo. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario