20 enero, 2012

Celos de hojalata.

No soporto ser tan celosa a veces, ¿sabes?,
sobre todo porque puede parecerte que no confío en ti.
Y no es así para nada. De hecho, contigo he aprendido que muchas veces 
hay que pensar con cabeza y separar las cosas de lo que son a lo que parecen

Ser y parecer son dos verbos que se suelen decir y usar de manera
más o menos igual pero que para nada son lo mismo.
Como tú, que puedes parecer más o menos igual
a el resto de personas de este mundo y luego , ya ves, utópico total.

No sabría explicarte que en muchas ocasiones me da mucha más rabia
a mi que a ti ponerme en ese plan, 
pero creo que la sensación que siento en el cuerpo (aunque sea psicológico),
ese malestar, es demasiado incómodo,
pero debo admitir que es muchísimo  más incomodo enfadarnos por ese tipo de cosas, 
sobre todo cuando ya es inútil seguir hablando sobre lo mismo
y ambos sabemos que es una tontería
y encima estamos cansados de discutir.
La verdad es que me quema, y el fuego siempre deja algo de marca.

Abstenerse a hacer algún tipo de comentario es algo fácil,
hay que tener cautela. Pero la cautela no sirve de nada si muchas veces
la intuición va cogida de la mano de la hojalata.

Decir que confío en ti pero no en ella es decir
que no confío en tu capacidad de decir "NO"
Sé que la tienes, sé que la has usado.
Pero odio saber que ese tipo de personas están ahí.
Aunque tenemos que aprender a vivir en ese tipo de cosas del día a día,
siempre habrán personas y personas, y supongo que nosotros deberemos tener
claro lo que buscamos y lo que tenemos.
Es más importante la complicidad del uno con el otro
a estar preocupándose de si conocimos a alguien nuevo y si puede perjudicarnos o no.
Las pruebas de la vida, si las afrontamos juntos, nos harán más fuertes, más maduros.

Y no, no soporto el hecho de que te emociones al conocer una persona
y me hables de esa persona como si fuera algo novedoso (que lo es)
pero es cierto que yo  en algún momento lo haré también si es que no lo he hecho ya
(pero son celos de hojalata, ya lo sabes tú y lo sé yo)

Pero que no lo soporte tampoco quiere decir que no me tenga que adaptar a ello y aceptarlo, 
las cosas como son después de todo. 

Sin prohibiciones ni límites, sólo  los justos y necesarios
para seguir estando juntos y queriéndonos.
No voy a ser yo quién ponga límites,
y tú tampoco me obligarás a imponerlos,
ambos sabemos lo que hay y lo que no,
y yo sé que aquí estamos tú y yo,
el resto se queda fuera en ese mundo 
en el que las manillas van a toda prisa.

Así que cuando asalten los celos en mi cabeza y asome en mi ánimo
comprendeme y riete de mi,  
porque ahí, en ese momento puede que haya olvidado
que yo sea la única para ti 
pero eso no quiere decir que tú lo hayas olvidado,

así que recuérdamelo cuando por algún desliz
se deslice de mi cabeza eso y no recuerde que lo importante
es querernos y permitirnos el uno al otro ser uno mismo
sin limitar ni cambiar al otro, y sobretodo, que me quieres.

Luego verás que yo me avergonzaré de esos celos de hojalata
y me sentiré muy orgullosa de que seas como eres y de que me quieras 
tanto como tu me quieres, así... a tu manera.




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