14 febrero, 2012

Suerte

Llamar "suerte" a todo aquello que nos ocurre y nos beneficia de alguna manera, es admitir que todo ocurre de casualidad y que de alguna otra forma, estamos predestinados. Yo sé que no existe ni la buena ni la mala suerte, que siempre depende de unas buenas o unas malas decisiones. Normalmente la mayoría de las cosas que nos pasan es cosa nuestra, otras no, y las que no las llamamos casualidad, porque no somos capaces de analizar qué es lo que ha pasado exactamente para que nos sucediera eso, porque muchas veces no somos capaces de admitir que ha sido culpa nuestra. No hay malas ni buenas casualidades, solo grandes luchas/oportunidades y grandes errores/derrotas  , que están dentro de una gran bolsa que se llama "realidad", aunque a mi me gusta más taparlo llamándolo cosas que pasan o cosas de la vida.

Creo que el ser humano sólo está predestinado en sus instintos básicos, que realmente sólo un par de mecanismos nos acaban automatizando en ciertos sentidos para que actuemos de alguna manera determinada, pero que el resto de cosas que vivimos, ya es rollo de cada uno.

Elegir mantenerse firme es una buena opción que normalmente siempre golpea con brusquedad y deja huellas. Decidir rendirse y dejarlo todo por perdido, es una manera de ser cobarde o de aceptar la realidad. Elegir y decidir sólo por uno mismo, es egoísta, pero muchas veces acaba siendo la mejor opción. Y hay veces que hay que elegir y decidir ya no sólo por ti, sino por otras personas, admitir ciertos cargos y ciertas tareas y las consecuencias que eso lleva consigo, eso además de entrega, se llama fuerza de voluntad. Hay personas realmente fuertes que día a día luchan por sonreír, creo que esas son las grandes oportunidades de las otras personas, llegar a conocer a alguien así y sentirse orgulloso de ser capaz de reconocerlo, y ya no yendo tal lejos, de estar con ese tipo de personas tan grandes, que hacen sentirse a uno también tan grande.

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